Molta aigua

Nadie sabe muy bien qué hace Òscar todas las noches en el Raval. Laura, su mujer, sueña que lo persigue; Pol, su hijo, se alegra de que, por fin, su padre se esté vengando de lo que le hizo Laura hace ya tiempo; Ramon, el amigo traductor, soporta sus visitas nocturnas
como puede. En el fondo, Òscar hace que las noches de Ramon se acorten, las largas  oches en las que espera que su mujer, Mercè, vuelva de unas supuestas visitas de obras en Llançà. No hay nadie que sepa realmente qué pasa durante las noches en que Òscar sale de casa y se pasea por las calles del Raval. Nadie sabe quién es la mujer desconocida del Raval. Todos tienen su versión y actúan en consecuencia. Hacen caso a sus impulsos. Y tarde o temprano, reventarán, de la misma manera que la avería de las cañerías de la casa  de Òscar un día u otro derribará las paredes. Y el agua se lo llevará todo.